Pues sí, los tuiteros andan que sí sí, que si no, con algo que dicen que se llama Twitteratura. Las discusiones son muchas, bonito todo, ingenuo la mayoría.
Los lugares comunes: La literatura sigue, cambian los medios. Y pues… qué le digo.
Y a lugares comunes, respuestas comunes. El arte es lo que una comunidad autorizada (artistas, críticos, estudiosos, etc.) reconoce como arte. La literatura calza las mismas botas.
Que si lo de twitter es literatura, vaya usted a saber. Si sí, no hay duda de que no sólo el medio, sino también todo lo demás ha cambiado. A la literatura, como casi todo, ya no la hacen como antes.
Lo que es seguro es que la literatura y las artes en general tienen un mar de posibilidades en los nuevos medios, desde los 140 caracteres de twitter hasta las complicadas posibilidades de las tabletas digitales, pasando por blogs, wikis, ebooks y cualquier otra monería por el estilo.
Pasando de largo por la discusión de si la literatura es esto o aquello, llegamos al incómodo y más bien lucrativo tema de los derechos de autor. Que acá entre nos, yo no sé que tienen ni de derechos ni de autores.
Les preocupa a algunos aquello de los derechos de autor, un tema que parece tener mucho para discutir, sobre todo en estos días en que el famoso ACTA anda en redacciones. Pero mire usted, que lo de los DRM para los twitts es torcer tanto el rizo como para que le de un calambre.
Como siempre, tomo mi posición. Ni todo lo que hay en internet es de todos, ni el open source o sus equivalentes literarios son la única opción, ni los DRM y el combate a la piratería con más regulaciones tienen el más mínimo sentido. Las cosas no van por allí y twitter mucho menos.
Si tiene miedo de que le vuelen las ideas o las palabras, no habrá una cuenta en twitter. En cualquier otro caso, dele una oportunidad.